domingo, 28 de marzo de 2010

Soñar es silencio


Un paraíso soleado y estrellado.
Allí nos gestamos. Mellizos de la búsqueda interna.
Llegamos sedientos de energía,
la naturaleza nos regalaba su corriente más preciada.
Una cuna de madera sobre un pedestal mecía la pasión.
Una voz color verde le cantaba al niño recién nacido.
Un faro celeste y azul no cesaba de iluminarnos.
Magia. 
Allí estaba, y allí nosotros.
Estrellas fugaces haciendo excepciones se mantenían encendidas.
El equilibrio danzaba sobre un hilo imaginario.
Conjugando nuestras almas, desnudos en esencia, nos manteníamos sujetados de la mano.
Una realidad onírica luchaba por congelarse.
Desperté.
Voces y sonidos se interpusieron en mi camino.
Grandes demonios conspiraban con tijeras para desvanecer la conexión.
Ahora caminaba sobre barrotes de cemento, tambaleándome con el cuerpo rígido.
Los hechos sucedían.
Mis sentidos recepcionando a cuestas.
 El corazón de espaldas.
Quiero volver a dormir para estar allí.
Tierra de artistas cultivando semillas, 
iniciando la vida de inmensos árboles que luego aprenderán a bailar con el viento.
Quiero permanecer dormida.
Respirando profundo y escuchando el eco de mi inspiración.




Abre los ojos






Tú mismo debes encargarte.
De lo contrario alguien externo hará el trabajo y no va a ser un acto muy feliz, sino que más bien doloroso.