lunes, 17 de febrero de 2014

Primera entrada “Diario público de una relación íntima”


Querido Diario:
Hoy me decido por iniciar una historia que considero debe ser contada. Te escribo a ti para que me devuelvas a mi y juntos les demos a ellos. ¿Quiénes son ellos? Ya lo sabremos, juntos lo descubriremos.
Te propongo para esta treta manejarnos con una simbiosis de fantasía y realidad. Un ida y vuelta de personas y personajes que cada uno vaya describiendo  y/o componiendo, y el otro enriqueciendo en su devolución.
Me arriesgo, debo reconocerte que tengo miedo de no saber manejar mis reacciones , pero de eso se trata, de intentar derrotarlo para hundirse en la creación. Si hay rabia que se manifieste. Si hay amor también. Me estoy desnudando. Palabras, cuerpo y mente no quieren llevar más estos trastos viejos.
Me tomo el atrevimiento también de sentenciar darle más que una pizca de misterio. Odio que me pregunten si escribo desde mi lugar o desde la posición de un personaje. Cuando escribo simplemente pretendo que se aferren a la cuerda que tiro y se lancen a la aventura. Sin peros ni preguntas.
El misterio y la magia, prioridades de mi vida y ahora de esta suerte de recreo mental. Una vez, hace muchos años escribí acerca de lo importante que son estos elementos pero es muy largo el relato y no me parece momento de compartirlo, quizás después. Tiene una historia de fondo que tendría que explicarla y puede que no entiendas, que no te guste, o no te interese.
Un atrevimiento de mi parte no haberme presentado formalmente hasta ahora, olvido que recién nos estamos conociendo.
Un pequeño resumen. Mi nombre es Lucía. 24 años. Ariana de pura sepa. Caprichosa y facultada de fornido carácter desde temprana edad. Hoy Licenciada en Ciencias de la Comunicación, título por el cual no me galardono en absoluto.
Amante de la lectura, escritura y el cine. Mesurada por la rutina, el tiempo muerto y las ciencias. Actriz, compositora y cantante frustrada. Espero con ansias tachar tal calificativo.
Convencida y perseverante con lo que me apasiona, por momentos. Por otros la vagancia y el desequilibrio me desvían del camino.
Trabajo todos los días. No sé exactamente qué cantidad de segundos, minutos u horas. Depende. Lo importante es que me mantengo ocupada día a día en reforzar y establecer mis primacías. Ser feliz. Amar y ser amada. Ser sincera y honesta, le pese a quién le tenga que pesar. Luchar por mis anhelos para así cumplirlos y vivir en una frecuencia de júbilo y armonía. Son varios los deseos, aún no tengo claro el orden pero estoy trabajando en ello.
Hoy me establezco una meta. Escribir y publicar un libro –o un documento compilado en su defecto- a partir de este material que estoy empezando a crear. Desde ya intuyo tiene mucho que enseñar.
Mañana quizás ya no piense así, quizás se termine. De repente alguien me corta las alas, pone punto final y ya no hay más nada que hacer. O si. Quizás eso lo enriquezca aún más.
De fallar con esta, me propondré otra meta. Si no se cumple, otra. Y así hasta que por fin se concrete alguna.
Este propósito de plantearme objetivos lo tomé prestado con menor empeño de un amigo, Francisco, para los amigos “Fran“. El tipo en el mismísimo instante que está entreabriendo los ojos se plantea una meta para ese día que está comenzando a correr. Si no se ejecuta, esa misma noche se prohíbe el sueño.
Desde que el mortal tomó esa decisión ronca como un cristiano –o cual sea su maldita religión si es que la tiene-. Opta por cumplir el objetivo antes de pasar una noche en vela. ¡Mis aplausos!
El muy enfermo encima al despertar se toma el trabajo de escribir su porvenir diario con lapicera sobre su almohada, para así de haberlo cumplido poder tacharla sin impedir la lectura dejando huella de todas sus promesas ejecutadas. Fundas blancas usa. La pobre madre se las quiere meter en el lavarropas para reutilizar y Fran se niega. A medida que se van saturando de información las va renovando para guardar las sobrecargadas en una caja de cartón que intenta esconder bajo su cama.
 Arrancó con buenas telas, ahora me contó que tuvo que achicar porque a veces la mano venía de más de una ocurrencia por día al despertar, y todas las tenía que anotar, y tachar. O no.
Muchos mortales pensarán que está de la mente. Para mí no, todo lo contrario. Este es el tipo de afluencia que me llena de emoción y ganas de soñar, volar y darle para adelante. Son un escalón en la planicie de la media de la gente. Una oportunidad para contar algo anecdótico, una inspiración a la hora de escribir.
Yo probé hacer lo mismo, salteando la parte de escribir, tachar –o no- la almohada, guardar bajo la cama y prometerme no dormir al no cumplir. No funcionó.
Entonces…¿quién está de la mente? ¿Fran o yo? La que se está quedando dormida, dejando ir una meta concretada por día me parece que es mi persona ¿no? ¿Te parece muy descabellada la idea de que alguien practique estos asuntos para lograr lo que desea en el transcurso de su minúscula vida? Yo creo las herramientas son sobradas y hay que utilizar la cabeza, la creatividad y la pasión para no quedarse soñando durmiendo. Justamente Fran puede darse el lugar de soñar con los ojos cerrados cuando pudo hacerlo con las pupilas dilatando el anhelo, sino no lo merece, y creo nosotros tampoco.
Tanto hablar de dormir, se me están cayendo los ojitos, pero ahora no sé que hacer, me siento culpable. Me pregunto, ¿hoy hice algo productivo? Mmmm....
¡Si! Gracias imaginación y disposición en el día de hoy para sentarme a escribir esta cuenta pendiente. Hoy puedo dormir tranquila. Hoy…mañana no lo sé, dependerá de mi, como todo.
¿Qué linda es la vida no? Como cada uno decide qué hacer con ella. Es increíble. Lo alarmante es que la gran mayoría no se da cuenta, pero allá ellos y aquí nosotros. Aquí y ahora. Presente vigente que si nos lo proponemos ( y podemos sellarlo en una almohada si Fran nos da los derechos de autor) puede mantenerse sin vencimiento de felicidad.
4:45 a.m. Me voy a dormir ya!! Pero super contenta de tan sólo imaginar que con el punto final va a comenzar el ida y vuelta de una historia mágica que me va a mantener entusiasmada y expectante.
Me pregunto…¿qué estarás pensando de mi en este momento?
Gracias por dejarme compartir contigo lo que siento y pienso, me siento muy cómoda de compartir un espacio en tu blanca y pura dimensión. No veo la hora de escribirte por segunda vez.
Se me cierran los ojitos. 4:48. Puff!
Hasta que el tiempo lo decida!
Besos,
Lucía (mis amigos me dicen Lula, pero al comienzo es difícil catalogar).

Prólogo “Diario público de una relación intima”


“Lo que llamamos nuestra intimidad no es sino nuestro imaginario mundo, el mundo de nuestras ideas“. José Ortega y Gasset

PROLOGO
Intentando volver a la inocencia de la niñez, conjugando la adultez de una pareja se plantea un juego donde cada uno se escribe a sí mismo y a su vez se comunica con el otro. Una mezcla de verdad y fantasía para conocerse desde la creatividad, para ver como el otro percibe, reacciona y refuerza la historia.
De las palabras surgirán sentimientos hermosos, aterradores, declaraciones y reproches. ¿Verdadero o falso? Está en el otro percibir y entender este ejercicio de acercamiento. Anclados en la imaginación se volará por dimensiones hasta ahora desconocidas, tocando las fibras del emisor-receptor. Se conjugan los relatos intentando conocer cómo el otro recepciona la cabecita de su dupla, buscando de esa manera desnudarnos en esencia y divertirnos fantaseando, pretendiendo descubrir probablemente sin éxito dónde se halla la línea entre lo real y lo imaginario. De ese secreto emerge el encanto de este desafío.
Me expongo con este planteo, y también a mi contrincante con la certeza de que en la exhibición se encuentra el atractivo del contenido.

Adjetivos adorados


Visceral.
Exigente.
Intuitivo.
Tramposo.
Místerioso.
Inseguro.
Seguro.
Cambiante.
Orgulloso.
Apasionado.
Peleador.
Observador.
Atento.
Paciente.
Paternal.
Compañero.
Capaz.
Aferrado.
Insistente.
Histérico.
Pasivo.