Quedaron en encontrarse a las nueve de la mañana de aquél sábado de
primavera en la Luna. El tomó la primera nave que salía ese mismo día.
Ella no sabía como ir.
Así comenzó todo. El estaba allí
esperando. Ella aquí dudando, sin saber qué medio podía transportarla al
lugar acordado. Salió a pedir ayuda, de nada le sirvió.
En la luna no hay teléfono.
viernes, 21 de noviembre de 2014
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