El buitre sigue a su presa,
hasta que la ve caer y luego de ella se alimenta.El cuervo es más impaciente, se le ha visto comerle los ojos a su víctima en plena agonía.
hasta que la ve caer y luego de ella se alimenta.
El cuervo es más impaciente,
se le ha visto comerle los ojos a su víctima en plena agonía.
El monstruoso ego -sin embargo- prefiere la estrategia del gusano.
Coloca su larva suavemente en la víctima,
penetrando sus tentáculos.
Es ingenioso e imperceptible gracias a su anestesia.
Comienza a devorar, y antes de que se produzca la infección libera antibiótico.
Y sigue comiendo.
Una vez que la víctima se percata, el ya ha hecho todo su trabajo.
A ese entonces pueden pasar dos cosas.
La primera, que el gusano sea retirado y que las heridas cicatricen.
La otra, que el gusano fecunde sus huevos y estos comiencen a multiplicarse.
De ser así, las larvas nacerán como propias y tendrán en el miedo su mayor y único alimento.
Entonces, habrá una sola cosa que hacer.
Diferenciar y elegir, entre lo falso y lo verdadero.
Sólo se puede hacer viendo a los ojos de la realidad.
Sin culpa. Con Perdón.
Sin deseo. Con Amor.
Sin miedo. Con Entrega.
Sin tiempo. Con Eternidad.
Gracias “Pollo”.
Toda la descripción me dio como un poco de impresión. Supongo que la misma impresión asquerosa que sentís cuando todo eso se lo hacen a uno, metafóricamente hablando.
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