viernes, 23 de mayo de 2014

A mi viejo


Al que me dio la vida.
Gracias por darme la posibilidad de verte crecer como Ser humano.
Estoy maravillada con tu persona, con ese corazón que era piedra y ahora es diamante.
Honestamente no sé qué pasó, ni cómo pasó, ni tampoco voy a preocuparme por revolver el pasado. Lo que tengo claro es que a ti te pasó a manejar otro titiritero.
Te extraño a baldes cuando no estás. Estoy contenta, siento lo necesitabas. Tu ausencia hizo que crecieras de golpe, y eso es espiritualidad. Siento te necesitabas en soledad para encontrarte, y lo lograste. Te felicito.
No es en vano nombrar las peleas mezquinas que teníamos antes. Agradecida debe estar tu madre de que hayas entendido el mensaje. Bendecida estoy yo por el padre que me toca ahora. Agradecida con la vida y la muerte por la intensidad de los cambios.

Somos bastante pésimos para expresarnos en persona, que se yo, cositas del ser humano, pero cuán lindos se están poniendo nuestros almuerzos, las charlas, el compartir. Te siento cada vez más cerca de la verdad.
Papá. Sos un genio. De esos de las lámparas de Aladino. Hay que pedirte que salgas, hay que mendigarte amor, y ahí aparecés por sorpresa para todos, dando una respuesta certera.
Has dibujado los hilos de la familia. Vinimos, volvimos. Te has ido, has vuelto. Te recuerdo cuan adolescente, llevándote el colchón de debajo de mi cama, sin reparos. Y yo llamándote, siendo adolescente, pidiéndote que reacciones y te comportes como un adulto.
Pues parece que sos un niño en cuerpo de adulto. Y es lindo que así sea.
Agradezco al recreo de la vida, a tu espíritu renovado, a mi abuela y a Martina por haberte desnudado en esencia.
Te amo.

1 comentario:

  1. hermoso es cuando llega alguien a tu vida que con su sentir te acaricia al alma, gracias por compartirte de esta forma tan transparente, espejito espejito!!!

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